lunes, 13 de junio de 2011

Los legisladores promueven en el congreso normas que representan intereses partidistas o personales, que no necesariamente atienden los mandatos de la comunidad, lo que en sí es una forma de ilegalidad

LA RENDICION  DE  CUENTAS
Por  Ignacio Cabrera Fernández

En los diferentes países del mundo –y México no es la excepción- han convivio dos estructuras jurídicas que tienen su origen en distintas naturalezas, y cuyos efectos han sido aceptados por igual en los distintos sectores de la sociedad.
Una de naturaleza formal ue es la que jurídicamente establece el Estado, que rige mediante mecanismos administrativos la vida de la comunidad organizada en instituciones civiles y cuya observancia es obligatoria para todos los ciudadanos. El cumplimiento de estas normas esta bajo la tutela de los diferentes órganos que integran el poder público y su eventual inobservancia se castiga por parte de la propia sociedad representada en los órganos jurisdiccionales.
Otra, que es una estructura informal que incluye usos y costumbres que hacen fuerza de ley para los diferentes grupos de mexicanos que viven al margen de las organizaciones sociales, cuya observancia se regula por las popa comunidades y su incumplimiento es castigado por ellos mismos.
Existen entonces un Estado de Derecho y un Estado de Hecho, así como también existe una Economía Formal que puede ser valorada y planeada, y una Economía Informal de la que se tienen estimaciones precarias por falta de información organizada.
De la misma manera, existe una estructura moral de la sociedad que tiene fundamentos comunes en principios y valores heredados de manera familiar y culturalmente, que aún con grados jerárquicos diferentes, conforman un código d conducta socialmente aceptado.
Igualmente se podría explorar otros ámbitos de la cultura humana, como el de los grupos religiosos o el de los gremios profesionales, y su análisis arrojaría como resultado, que vivimos en una sociedad dualista, en la que está por decidirse la supremacía de cada una de sus fuerzas.
Y aquí se da lo más sorprendente, y es que dentro de las mismas estructuras formales del Estado se presenten comportamientos al margen de la legalidad. Los legisladores promueven en el congreso normas que representan intereses partidistas o personales, que no necesariamente atienden los mandatos de la comunidad, lo que en sí es una forma de ilegalidad.
Algunos titulares de los poderes ejecutivos, en sus diferentes ámbitos territoriales, consultan a la población sobre aquellas decisiones que les corresponde por ley decidir, aceptan presiones de grupos sociales, que les limitan cumplir y hacer cumplir las leyes que garantizan el bienestar general, convirtiendo que sus oficinas que son una sede de poder público en meros buzones de sugerencias. Esto es, que l fin que persiguen estos servidores públicos es conservar el poder y lo justifican a través de los medios que no siempre son legales o están al margen de la ley.
México, ha construido, un Estado de Derecho en el que muchos mexicanos tenemos confianza. Sin embargo, se encuentra, en plena competencia con un Estado de Hecho que se aplica lo mismo para apropiarse de tierras que para desarrollar el comercio ambulante.
Aún más, hay grupos e individuos en extremo negativos en esta dualidad plateada: aquellos que por azahares genéticos o por herencia social se encuentran viviendo dentro del Estado de Derecho, pero al margen de la ley se aprovechan de sus posición política, profesional o económica para obtener ganancias indebidas por actos que ellos mismos deberían cuidar; y quienes se encuentran fuera del Estado de Derecho, pero no por necesidad de subsistir, sino con el propósito de convertirse en delincuentes que no respetan vidas ni haciendas. En el mundo de la ilegalidad las normas las imponen los delincuentes y en consecuencia, ellos sancionan.
Ahora bien, resulta confortante hablar de uno de los procesos que forman parte de la administración pública mexicana y que resulta pilar de la fortaleza de nuestro sistema jurídico, me refiero al Proceso de Rendición de Cuentas del Estado. El Proceso de rendición de cuentas del Estado Mexicano será tema de una segunda entrega, y donde veremos que es base para la creación de un Estado moderno. Pero siendo una condición necesaria, no será suficiente sin el apoyo de la sociedad entera. Le corresponde a la población generar el cambio y conducir su desarrollo.


PUBLICADO  POR EL SEMANARIO PARA  EL INVERSIONISTA
DOMINGO  12 DE JUNIO DE 2011

http://www.inversionistasonora.com/noticias.php?id=176

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