domingo, 26 de junio de 2011

EL AGUA EN MEXICO ..Una visión científica y técnica en la discusión.

AGUA  PARA TODOS . . .

Por Ignacio Cabrera Fernàndez

La Academia Mexicana de Ciencias que ha impulsado la formación de una Red de Especialistas en Agua, han publicado un importante libro titulado El Agua en Mèxico. La idea es impulsar una visión científica y técnica en la discusión. Para cumplir con esta meta se convocò a autores de diversas especialidades para que expresaran sus puntos de vista sobre asuntos específicos de interés nacional, regional o incluso local.
En su introducción, dice que, el problema del agua en el momento actual es de tal relevancia que se puede afirmar que la disponibilidad y manejo de este recurso fijaràn  los márgenes del desarrollo sustentable. Es por ello que el gobierno en general y la Semarnat en particular afirman que es necesario conocer con precisión el comportamiento del agua y sus mùltiples implicaciones. Sin embargo, ¿còmo debe lograrse este conocimiento estratégico?, y quizá mucho màs difícil de responder, ¿de què manera se puede arribar a propuestas consensuadas entre gobierno y sociedad que efectivamente solucionen los problemas del agua?
Agrega, para estudiar el agua en Mèxico es necesario considerar el marco geográfico en que se presenta. La variedad de sus características topogràficas y geográficas, su extensión y la influencia de sus costas.
En términos de disponibilidad, cada habitante cuenta con un poco màs de 4500 m3/año, aun cuando 30% de la población se encuentra en zonas con disponibilidad per capita menor a la considerada como de estrès hídrico (1700 m3/año).  En cuanto al uso, 78% del agua se emplea para la agricultura, 11.5% para fines públicos urbanos, 8.5% para la industria y 2% para fines pecuarios y la acuacultura.
De acuerdo a la Comisiòn Nacional del Agua, en Mèxico existen 653 acuìferos. En 1975 treinta y cinco acuíferos eran sobreexplotados (es decir se extraía màs agua de la que se recargaba). Ya para el año 2002, era màs de 100 acuìferos sobreexplotados. De la calidad del agua subterránea poco se sabe, a pesar de que constituye la fuente de abastecimiento para 75 millones de mexicanos. En cuanto a los servicios del agua, si bien 88% de la población recibe agua potable o entubada y 76% cuenta con alcantarillado, aùn hay màs de 13 millones de mexicanos sin servicio en sus casas y casi 30 millones sin drenaje, la mayor parte en zonas de pobreza, rural o urbana.
Estos datos globales, dice la introducción del libro, sirven como marco general a la visión de detalle, que invitan a una reflexión màs profunda del porquè de los problemas asì como de sus posibles soluciones. Los diversos enfoques que presentan los autores dan cuenta de la complejidad del problema del agua: entenderlo y captar sus dimensiones va màs allà de conocer una sustancia química, pues se requiere comprender su ocurrencia y comportamiento en la naturaleza asì como entender y predecir còmo la sociedad se relaciona con el agua.
Aunque muy poco se han estudiado las pugnas burocráticas por el control de los distritos de riego entre distintas dependencias federales. Pero màs importante que las pugnas burocráticas es el manejo cotidiano del agua en los distritos de riego, un tema que también, por desgracia, ha sido muy poco estudiado. Uno de los pocos trabajos disponibles (Greenberg, 1970) caracterizaba a los gerentes de los distritos casi como déspotas hidráulicos que tenìan gran poder dentro de las regiones y las localidades. Eran el instrumento del gran poder nacional sobre el agua. Sin embargo, una mirada màs cuidadosa y crìtica podría dar una imagen muy distinta. Asì se desprende de una investigación sobre el distrito de riego de la Costa de Hermosillo (Moreno, 2006). En esta obra –un estudio sobre un distrito de aguas subterráneas-, la burocracia federal aparece débil y hasta subordinada a los intereses de los grandes propietarios, quienes decidìan cuànta agua utilizar sin importar las regulaciones y normas federales.
Aclarar la relación entre el aparato gubernamental y los grandes propietarios y agricultores de los distritos de riego  es una extraña omisiòn en los estudios sobre la materia.
La variación de la disponibilidad natural media per càpita del agua del año 1959-2006 ha sido la siguiente: en 1950 la disponibilidad era de 17,742 m3/hab/año, en 1960 paso a 10,991 m3/hab/año, para 1980 decreciò a 6, 168 m3/hab/año, en el año 2000 de 5, 011 m3/hab/año y finalmente para el año 2006, 4 ,689 m3/hab/año.
Con la evidencia de los datos del párrafo anterior, el agua pasò de ser un recurso considerado casi inagotable a ser un recurso mucho menos abundante. Y lo que resulta aùn màs alarmante es que todo este cùmulo de circunstancias y actividades (represamiento, irrigación, explotación por parte de la industria, extracción explosiva para atender la demanda de las urbes) dio origen a otro problema que acrecentò el de la escacez del agua: la contaminación. Tanto la agricultura como la industria y las cada vez màs populosas ciudades se convirtieron en focos de contaminación del agua y la dejaron inservible en muchos casos. A la larga, el represamiento de los cuerpos de agua, el crecimiento de los asentamientos urbanos y el desarrollo  de grandes centros industriales, sin una infraestructura con capacidad de saneamiento suficiente, propicio que muchos de los rìos se convirtieran paulatinamente en canales conductores de aguas negras o residuales, lo que causo un dràstrico impacto en las partes bajas de las cuencas.
Es asì como la contaminación, la sobreexplotaciòn de los acuíferos y el desperdicio de volúmenes considerables en la agricultura y en las ciudades mostraban la necesidad impostergable de introducir cambios dràstricos en el manejo del agua del país. El enorme empuje que tuvo la estrategia de desarrollo basada en la explotación de este recurso hídrico, a mediados del siglo XX,  pronto mostrò rendimientos decrecientes. El agua decrecìa en todos los puntos del territorio nacional.
Las soluciones a los problemas de contaminación al igual que los de escasez deben plantearse a nivel cuenca. Es necesario también tomar en cuenta las propuestas hechas para los organismos operadores de agua potable y saneamiento; incrementar el tratamiento de las aguas residuales y su reuso en forma sustentable técnica y económica, y lograr que el tratamiento de las aguas residuales estè en la agenda de las instancias federales, estatales y municipales.
El agua es un bien vulnerable y finito, con valor social, económico y ambiental.
El agua es un elemento estratégico para el desarrollo por lo que su conservación, preservación, protección y restauración en cantidad y calidad es asunto de seguridad nacional.
Por cuenca, con prioridad a la acción y a las decisiones de los actores locales, cuya SOLIDARIDAD debe fomentarse.
Tenemos que pensar que el proyecto del Acueducto Independencia està asentado ante las anteriores premisas, estamos ante un gran proyecto que tendrá que ser inclusivo y que, en esa medida, responda a las necesidades de toda la población. El propósito de este Gran Proyecto, será el de garantizar un rumbo claro para que la población actual y futura cuente con el recurso, en cantidad y calidad adecuados, a fin de volver hacer del agua una palanca de desarrollo económico que posibilite una mejor calidad de vida para TODOS.


PUBLICADO  POR EL SEMANARIO PARA  EL INVERSIONISTA
DOMINGO  26  DE JUNIO DE 2011

http://www.inversionistasonora.com/noticias.php?id=177

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