viernes, 17 de junio de 2011

¿ De qué manera se puede arribar a propuestas consensuadas entre el gobierno y sociedad que efectivamente solucionen los problemas del agua ?

AGUA, AGUA, AGUA . . . 
Por  Ignacio Cabrera Fernández
Dice el desplegado dirigido al C. FELIPE CALDERON HINOJOSA,  aparecido el pasado día 1 de junio: Nuevamente pedimos su intervención ante las graves violaciones al Estado de Derecho en que continúa incurriendo el Gobernador de Sonora, Guillermo Padrés Elías, quien insiste en atropellar los derechos al agua de los habitantes y productores del sur de Sonora, poniendo en riesgo la paz social que usted lucha por mantener en nuestro país.
Y continúa, Sr. Presidente: ¿Sabe usted cuál fue la respuesta del Gobernador Padrés ante las órdenes de los Jueces? “Que nadie va a detener el Acueducto Independencia”.
En la capital del Estado de Sonora, existen alternativas viables para resolver el desabasto de agua de la ciudad, que resultan más convenientes técnicas, ecológica y económicamente, incluida la desalación de agua que implica la solución definitiva del problema. Hasta el día de hoy, en el Valle de Hermosillo se siguen sembrando más de 50 mil hectáreas de distintos cultivos, mientras la ciudad no tiene suficiente agua. Hasta ahí, parte del desplegado en mención.
Iván Restrepo, reconocido ecologista, escribe en su artículo en la Jornada, “Agua y demagogia”, mientras, un juzgado de distrito de Ciudad Obregón, ordenó detener los trabajos para construir el acueducto El Novillo que servirá para dotar de agua a Hermosillo, la capital de Sonora. A esa obra se opone el Movimiento Ciudadano por el Agua. Consideran que les perjudica al reducirles notablemente la cantidad de líquido de que ahora disponen, y que cada vez es menos, para resolver parte del problema que aqueja a otra región.
En cambio, las autoridades de Hermosillo aseguran que el acueducto, de 132 kilómetros de extensión, es la “magna obra que resolverá para siempre el desabasto en esa ciudad de una manera sustentable y sin afectar a nadie”.
Un importante grupo de estudiosos sobre la problemática del agua,  de la Academia Mexicana de Ciencias, que seguramente no fueron tomados en cuenta, como seguramente los estudiosos del tema del agua en Sonora tampoco, comentan;  que el problema del agua en el momento actual es de tal relevancia que se puede afirmar que la disponibilidad y manejo de este recurso fijarán los márgenes del desarrollo sustentable. Es por ello que el gobierno en general y la Semarnat en particular afirman que es necesario conocer con precisión el comportamiento del agua y sus múltiples implicaciones.  Sin embargo ¿cómo debe lograrse este conocimiento estratégico? ¿ cómo  deben conjuntarse la visión de los diferentes sectores con los de la nación y del estado?, y quizá mucho más difícil de responder, ¿de qué manera se puede arribar a propuestas consensuadas entre el gobierno y sociedad que efectivamente solucionen los problemas del agua?
De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua, en México existen 653 acuíferos. En 1975 treinta y cinco acuíferos eran sobreexplotados (es decir, se extraía más agua de las que se recargaba). Ya para el año 2002, eran más de 100 acuíferos sobreexplotados. De la calidad del agua subterránea poco se sabe, a pesar que constituye la fuente de abastecimiento para 75 millones de mexicanos. En cuanto a los servicios del agua, si bien 88% de la población recibe agua potable o entubada y 76% cuenta con alcantarillado, aún hay más de 13 millones de mexicanos sin servicio en sus casas y casi 30 millones sin drenaje, la mayor  parte en zonas de pobreza, rural o urbana.
Sería de gran importancia entrar en contacto con la Academia Mexicana de Ciencias que ha impulsado una Red de Especialistas en Agua, que impulsan una visión científica y técnica en la discusión, lo cual no necesariamente coincide con la visión gubernamental.
Querámoslo o no, nos guste o no, hasta hace una década el agua en México formaba parte de un proyecto general de desarrollo nacional. Ampliar la frontera agrícola, producir más y más electricidad y expandir los servicios de agua y alcantarillado atraían importantes partidas presupuestales y esfuerzos comunitarios. Con muchos vicios y limitaciones, el gobierno federal logró dar coherencia a ese esfuerzo general. En contraste, en las últimas décadas, el agua se ha perdido no sólo en las prioridades gubernamentales, sino también en lo referente a su posición o lugar en el desarrollo nacional.
Un nuevo proyecto  tiene que elaborarse de manera conjunta en medio de grandes tensiones sociales y voces discordantes –como las generadas, por ejemplo, ante el debate entre el agua como mercancía o como derecho humano, la sustentabilidad frente al desarrollo económico, el combate frontal a la desigualdad social-, sin que ello implique propiciar la ineficiencia.
Es necesario, se busque un proyecto para la gestión del agua, que sea inclusivo –no de dedazo- y que, en esa medida, responda a las necesidades de toda la población. El propósito de ese proyecto es garantizar un rumbo claro para que la población actual y futura cuente con el recurso en cantidad y calidad adecuada, a fin de volver hacer del agua una palanca de desarrollo económico que posibilite UNA MEJOR CALIDAD DE VIDA PARA TODOS.

Miércoles 15 de Junio de 2011

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