domingo, 19 de junio de 2011

El Lobbying es el proceso de negociación en las decisiones públicas, con que cuentan tanto ciudadanos, como empresas

 Lobbying . . .  término de origen anglosajón  que forma parte del lenguaje con el que se expresan quienes se relacionan de una u otra forma con el poder público.

Por  Ignacio Cabrera Fernández.

El lobbying comenzó en México, tradicionalmente con la negociación para la toma de decisiones entre diversos cuerpos colegiados o distintos cuerpos legislativos; el término Lobbying se refiere propiamente a la posibilidad de influir en la toma de decisiones de los cuerpos colegiados.
Hoy por hoy, dicho quehacer se ha ampliado y no sólo abarca a los organismos públicos, también ha llegado hasta las empresas privadas, en donde se ha aplicado para la concreción y promoción de proyectos. El Lobbying debe ser entendido como el proceso de negociación en las decisiones públicas, con que cuentan tanto ciudadanos, como empresas.
Sin embargo, el tema es tan novedoso, hasta nuestros días en México, y se ha escrito tan poco sobre él, que ha dado lugar a una confusión tradicional entre lo que implica propiamente el término, y lo que son las relaciones públicas. Al mismo tiempo, han surgido diversos cuestionamientos en cuanto a las ventajas que supone practicarlo. Pero podemos argumentar que dichos cuestionamientos no son sino reacciones legítimas de ciudadanos, frente a un proyecto pocas veces presentado, dado que se trata de una actividad reciente.
El Lobbying siempre persigue un objetivo específico, como por ejemplo, la promoción o contención de una política adversa para un país, un Estado o una empresa; para un partido político, o para un grupo social. El Lobbying construye procesos; las relaciones públicas, sólo abarcan eventos aislados o inconexos.
Un lobbyista no vende contactos, oferta un método de trabajo serio, mensurable, con sustento técnico y sólido para su cliente. El principal protagonista en una estrategia de Lobbying es el cliente mismo, no es el lobbyista. Aquí se suplen vanidades y la currícula del pasado.  Es usual, pues, que lobbyistas muy exitosos hayan ocupado cargos importantes; pero lo cierto es que los más exitosos han entendido que son eso, cargos del pasado, y que ahora el protagonista central es el cliente.
Ahora bien, uno de los errores más comunes con que nos hemos topado, es la confusión entre el término Lobbying y el término cabildeo. Lobbyin es un término de origen anglosajón, que se define en castellano como: ejercer presiones; tratar de convencer; intentar neutralizar, modificar o influir en las decisiones de la autoridad pública.
Hoy en día, el término Lobbying forma parte del lenguaje con el que se expresan todos aquellos que se relacionan, de una u otra forma, con el poder público. Actualmente, qué duda cabe, el Lobbying está más vigente que nunca, y eso sí, llego para quedarse.
En México, el término cabildeo se asocia de manera directa con la actividad que se lleva a cabo en los municipios. Cada municipio en nuestro país está integrado por un cabildo, que es el sitio donde se toman decisiones colegiadas. Habrá que sostener que el término cabildo debe seguir acotado a su uso municipal, y no hay que asociarlo con una actividad relacionada con acciones e instancias jurídicamente ajenas al medio municipal.
Pese a ello, es posible hacer una estrategia de Lobbying en los municipios, aun cuando ésta tendría que llevarse a cabo al margen de las decisiones propias del cabildo, y se relacionaría más bien con el ambiente público, con la decisión del propio presidente municipal, y con la participación de actores diversos.
Sin duda alguna, el nombre de la actividad que se ocupa de la negociación con los poderes públicos, o de la promoción de proyectos ante dichos poderes, parecería totalmente irrelevante.
 ¿Es lo mismo ser lobbyista que ser cabildero?  . . .
Es la propia profesionalización de la actividad la que va dando puntualidad a los términos, y de hecho, el uso del lenguaje así lo determina, puesto que, más allá de cualquier definición, las palabras se prueban en su uso diario.

En la actualidad no se puede entender e Lobbying sin la negociación política, sin el diseño estratégico; tampoco es posible hacerlo sin una componente clave, que son los medios de comunicación. Los medios de comunicación han constituido en buena medida una parte sustantiva de la conciencia social, y en este sentido, se han convertido en un imperio real de influencia para los actores que detentan el poder.
Hay quienes se limitan a practicar el Lobbyng, en órganos colegiados u organizaciones; sin embargo, muchas firmas en el mundo, y en México, están tratando de establecer una estrategia muy clara hacia proyectos diversos: para invertir, o para mejorar la posición ante un tema de interés de determinado grupo social o civil, o de una organización no gubernamental.
La práctica del Lobbing se extiende hacia ámbitos que no son exclusivamente los cuerpos colegiados, y abarca actividades que se realizan para impulsar proyectos de inversión regional, así como para modificar estados de ánimo social o de actores específicos en torno a pretensiones puntuales. Las estrategias están siendo utilizadas también por los propios partidos políticos, y se entienden como el proceso de negociación política al interior de las organizaciones, pero también como la capacidad de consenso entre las propias fuerzas políticas.
En México, como en todo el mundo, los recursos siempre son insuficientes, y muchas veces quien mejor negocia obtiene más recursos. En este sentido, el Lobbying ha marcado la diferencia entre el fracaso y el éxito de algunos estados, municipios, e inclusive, de los Poderes de la Unión.


PUBLICADO  POR EL SEMANARIO PARA  EL INVERSIONISTA
DOMINGO  19  DE JUNIO DE 2011

http://www.inversionistasonora.com/noticias.php?id=177


No hay comentarios:

Publicar un comentario