Las políticas de desarrollo vigentes conciben la producción de la “vivienda formal” como sector económico privilegiado con un alto peso en la macroeconomía.
Por Ignacio Cabrera Fernández
La producción social de vivienda, que es aquella que se realiza sin fines de lucro y que responde principalmente a las necesidades habitacionales de los sectores ubicados por debajo de la línea de pobreza, no recibió el mismo trato que la vivienda producida por el sector privado donde el Estado tiene un papel facilitador. Más que facilitarla y apoyarla, las políticas surgidas en los años 90` la ignoraron y combatieron llegando a criminalizar incluso algunas de sus prácticas. Se cancelaron los pocos apoyos institucionales con los que contaba y se estigmatizaron sus procesos productivos, sus resultados y sus actores, calificándolos de informales, irregulares, subnormales e incluso ilegales.
Las consecuencias de este enfoque y de políticas que se limitan a concebir a la vivienda como una mercancía, como sector industrial y como negocio inmobiliario y financiero de alta rentabilidad, fueron dejando fuera de ese próspero mercado a los sectores pobres de la sociedad, lo que aunado a la cancelación de instrumentos de apoyo a la producción social del hábitat contribuyó a agudizar el problema de vivienda en la región.
Ocupación de terrenos lejanos y sin infraestructura adecuada, ubicación en zonas de riesgo, invasión de áreas de protección ecológica y un brutal incremento del hacinamiento y la precariedad de barrios o colonias populares son algunas de las consecuencias que, sumadas a los procesos de segregación urbana, desalojados masivos y abandono del campo, caracterizan el hábitat popular a inicios del siglo XXI.
Ante estos hechos incontrovertibles, nació un nuevo interés por conocer y apoyar en forma más eficaz las iniciativas sociales que en la región latinoamericana se definen como producción social del hábitat. Máxime cuando los gobiernos latinoamericanos se plantean la necesidad de establecer políticas de Estado en materia de vivienda, lo que necesariamente implica superar la visión focalizadora –que en los hechos terminó por marginar al menos a la mitad de la población en la mayor parte de nuestros países– para adoptar un enfoque sin duda más incluyente.
Para ello es necesario romper los muchos mitos que se han tenido en torno de la producción social de vivienda, siendo uno de los más destacados el de su irrelevancia económica. Las políticas de desarrollo vigentes conciben la producción de la “vivienda formal” como sector económico privilegiado con un alto peso en la macroeconomía, activador de más de 30 ramas industriales, generador de empleo y factor relevante en la activación del factor financiero. Nada dicen en cambio de la producción social de vivienda.
Ante este olvido, una serie de agrupaciones Nacionales e Internacionales, como la Coalición Internacional para el Hábitat, a través de varios de sus miembros y junto con otras redes internacionales, convinieron en el marco del Foro Social Mundial realizado en Brasil, promover la realización de estudios nacionales orientados a medir la magnitud y el peso económico de la producción social de la vivienda en la región.
México fue el primer país en interesarse en la realización de dichos estudios, integrándolos al convenio de investigación sobre temas habitacionales suscrito por la Comisión Nacional de Fomento a la Vivienda (Conafovi) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).La formulación de la propuesta y la realización del estudio fue responsabilidad de la Universidad Autónoma Metropolitana bajo la conducción del Arq. Roberto Eibenschutz.
México fue el primer país en interesarse en la realización de dichos estudios, integrándolos al convenio de investigación sobre temas habitacionales suscrito por la Comisión Nacional de Fomento a la Vivienda (Conafovi) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).La formulación de la propuesta y la realización del estudio fue responsabilidad de la Universidad Autónoma Metropolitana bajo la conducción del Arq. Roberto Eibenschutz.
Un alto porcentaje de organizaciones miembros en América Latina, tienen una larga trayectoria y experiencia acumulada en el desarrollo y asesoría de programas y proyectos de producción social de vivienda en sus diversas modalidades: mejoramiento, ampliación y consolidación de vivienda autoproducidas espontáneamente por pobladores pobres; autoproducción organizada –vía asociaciones, cooperativas y otras opciones– de vivienda nueva en conjuntos; producción no lucrativa de vivienda destinada a sectores de bajo ingreso, grupos especiales y vulnerables o víctimas de desastres.
Su experiencia y práctica cotidiana abarca la asesoría de procesos de autogestionarios de poblamiento y vivienda; la generación de tecnologías constructivas y sociales destinadas a facilitarlos; la incidencia en políticas públicas para darles viabilidad y sustentabilidad financiera, legal y política; la investigación, la planeación urbana y la capacitación de los diversos actores involucrados.
Por la información a la que he tenido acceso, en SONORA poco o nada se está haciendo en lo relativo a la producción social de vivienda, quizá con algunas acciones contadas por medio de Sedesol Federal y Estatal.
La intención de este escrito, es dar un aporte al conocimiento de la dimensión y los impactos económicos de la producción social de vivienda y a la construcción de políticas públicas e instrumentos capaces de fortalecer el vigoroso esfuerzo social que caracteriza los procesos del hábitat popular en el Estado.
La intención de este escrito, es dar un aporte al conocimiento de la dimensión y los impactos económicos de la producción social de vivienda y a la construcción de políticas públicas e instrumentos capaces de fortalecer el vigoroso esfuerzo social que caracteriza los procesos del hábitat popular en el Estado.
REFERENCIAS:
Coalición Internacional para el Hábitat (HIC)
http://hic-al.compuarte.net.mx/hic.cfmQué es el Foro Social Mundial (FSM)
http://www.choike.org/nuevo/informes/4409.html
Comisión Nacional de Fomento a
http://www.gobierno.com.mx/conafovi.html
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
Universidad Autónoma Metropolitana ( U.A.M. )
Arq. Roberto Eibenschutz Hartman.
Director del Programa Universitario de Estudios Metropolitanos de la U.A.M. http://estudiosmetropolitanos.xoc.uam.mx/pags/cv_reh.html
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PUBLICADO POR EL SEMANARIO PARA EL INVERSIONISTA
SABADO 6 DE AGOSTO DE 2011
http://www.inversionistasonora.com/noticias.php?id=182
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