domingo, 3 de julio de 2011

“Magnitud y Consecuencias del Soborno en la Industria de la Construcción”

TRANSPARENCIA EN LA OBRA PÚBLICA.

Por  Ignacio Cabrera  Fernández.

Mi buen amigo el Ing. José Luis Nava, ha escrito sobre la, “Magnitud y Consecuencias del Soborno en la Industria de la Construcción”.  José Luis, con una experiencia de más de 25 años en materia de fiscalización superior y 40 años de vida profesional, recién edito un importante documento sobre el tema.
El soborno en la práctica de la ingeniería mundial es un fenómeno antiguo pero en los últimos veinte años se ha extendido y profundizado porque los elementos normativos e institucionales que se establecieron  en el siglo pasado para combatirlo han perdido eficacia, de manera tal que, de una cifra cercana al 10% o quizá cercana –ahora- al 15% del monto de cada contrato en esa época, la cifra ha crecido escandalosamente no obstante la proliferación de organismos de control gubernamental y en un contexto en donde el utilitarismo se ha convertido en el valor ético fundamental para la toma de decisiones.
En el sector gubernamental, aprovechando fallas legales, la clase política ha manipulado puestos burocráticos por medio de directivos o intermediarios carentes e capacidad técnica para la planeación y la construcción, lo que ha propiciado incrementos en los costos contratados más allá de un 50% y, en otros casos, ha provocado retrasos cercanos al 100% del plazo establecido para la ejecución de proyectos de importancia nacional o estatal. Eventualmente, algunos administradores públicos recurren al fraude legal para obtener financiamientos fuera de las leyes nacionales y, en ello, suelen estar involucrados  tanto las entidades estatales como proveedores, constructores y financieros internacionales.
Por su parte, la comunidad espera que los servicios de ingeniería que requiere le sean proporcionados con la calidad que desea, que haya oportunidad en la entrega de los productos y que los precios sean adecuados al mercado.
De ahí que, ante el incremento de la corrupción, cualquier momento es adecuado para reflexionar sobre el rumbo que la ingeniería desea tomar. Dice el Ing. Nava, que existen dos alternativas: continuar con la aceptación de las malas prácticas profesionales hasta que se hagan costumbre, o bien, respetar y mejorar permanentemente las normas técnicas, jurídicas y morales necesarias para conducir nuestra actividad cotidiana a fin de lograr las mejores condiciones para la relación cliente-proveedor, ya sea que contratemos con sector público o privado.
Y agrega, un modelo sistémico en donde se manejen variables cuantitativas y cualitativas que refleje un comportamiento ético de un profesional de la ingeniería puede ser utilizado para lograr su éxito personal y optimizar sus ventajas comparativas.
Los valores y principios éticos, así como los sistemas de análisis que cada persona adopte corresponderán a su libre albedrío, siempre que, cualquiera que sea el resultado, influyan positivamente en la toma e decisiones de toda actividad profesional de la ingeniería.
El éxito profesional está en función no solamente de los niveles de ingresos que obtienen los prestadores de servicios, sino  también de la eficacia para lograr metas, de la eficiencia para el uso de recursos y de la honradez de su relación con la sociedad.

PUBLICADO  POR EL SEMANARIO PARA  EL INVERSIONISTA
DOMINGO  3 DE JULIO  DE 2011

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